MI PRIMERA VEZ COMO SURFISTA

Este es el Refugio de Family Surfers, una mezcolanza de paz y locura para quien quiere desconectar de la vida un rato, para quien aprecia las buenas conversaciones, la libertad, el esfuerzo con recompensa y las ganas de pasárselo como nunca.

En las historias con final feliz, todo acontece perfecto, todo en su lugar, bajo la premisa del guionista el amor triunfa por encima de todo, las lagrimas brotan como el Orbayu que nos regala de cuando en cuando esta Asturias nuestra.

Con la narrativa encaminada a un desenlace deseado, todo se apresura en una línea recta que abruma, de niño idealizamos con el transcurso de los años.

Una vida similar al guion antes contado, pero por suerte, la vida nos tiene preparado una montaña rusa de emociones.

El estrés, las ciudades grandes con espacios pequeños, el trabajo, la familia, los amigos, los eventos, las dolencias varias.

Todo un conjunto de situaciones que nos hacen desconectarnos hacia una realidad en ocasiones bastante cargante.

DESCONEXIÓN

En alta montaña existen pequeñas edificaciones a modo de refugio para resguardar a los atrevidos alpinistas.

Un espacio reducido de ladrillo, un lugar para el descanso, el reposo y la charla, para volver a conectar con el mundo interior.

Cada semana en esta casa se producen pequeños refugios, grupos reducidos que a mitad de semana se convierten en un todo.

Al lunes le damos el grado de incertidumbre, el martes se toma el tiempo para el primer contacto.

El miércoles es el equinoccio de la semana, donde eclosionan las energías y aúnan en una sola. ¡Todos a una como fuente ovejuna!

Dejamos una anécdota que nos contaron esta semana, entre muchas otras, que cabría destacar y dice así;

Aquí hay gente que trae amigos en busca de otros amigos para poder intercambiar.

Como quien tiene un álbum y lleva cromos repetidos, yo te dejo a mi amigo y me llevo al tuyo.

Quizás pueda parecer un poquito cruel esta anécdota, pero es una manera de desconexión con el mundo real, un claro, aquí te dejo un ratito apartado, mientras yo me voy a otras cosas.

El surf para nosotros es terapia, el reencuentro con el mar, los sonidos que generan, interrumpidos en ocasiones por los gritos de satisfacción, al haber cogido una ola de extremo a extremo.

Desde lo alto del paseo, el que observa se alegra de igual manera, alzando el brazo y esbozando una sonrisa de oreja a oreja.

La semana se hace pesada y el cansancio asoma, mucha intensidad en poco tiempo, muchas energías puestas, mucha ilusión, un mucho de todo.

Pero las recompensas merecen la pena, esta semana hemos tenido personas singulares, algunas con energías inagotables, otras bailongas, risueñas, hemos visto a un hombre adulto zambullirse en la fuente del pueblo, grandes grupos de amigos levantar a todo un Surf House, hasta convertirlo en fiesta total.

Hemos compartido largos paseos, helados después de cada comida, miradas cómplices, caídas y mas caídas, pero sobre todo amistad y familia.

UN VIAJE PARA EL RECUERDO

Algunas personas nos han confesado que ha sido el viaje de sus vidas, al menos en un momento necesario, un desahogo para tantas horas de oficina, de hospitales, estudios y tanta buena cara forzada.

El trabajo nos endurece la memoria y el surf nos la devuelve a la tierra.

La clave de este viaje en Family Surfers es la felicidad.

¿Hasta qué punto estamos dispuestos a dejarnos llevar por ella?

Todas las mañanas bajamos con las mismas ganas, la satisfacción echa rostro, como una obra de Botticelli, moldeando curvas en un alarde de estética y exquisitez.

Y nos encontramos con una realidad ahogada, la práctica, la perseverancia y el ímpetu hace que todo dolor desaparezca, hasta convertir todo en un gran refugio.

 

Ocasionando casi sin querer que las nuevas amistades, los amores fugaces, la admiración, la química, la picardía, el amor propio y el esfuerzo, surjan solos, como la niebla que todas las mañanas acompañan nuestro despertar.

Family Surfers se ha convertido en una gran historia de personas asombrosas, que cambiaron su mundo sin necesidad de cazar leones.

En la literatura, encontramos ciertas frases para el recuerdo, frases que masticadas con el pasar del tiempo se hacen tremendamente necesarias y aquí dejamos una de cuando nuestras primeras lecturas asomaban por el cajón desastre.

El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas» ( Antoine De Saunt-Exupery) El Principito.

DESCARGA AQUÍ EL VIDEO RESUMEN Y LAS FOTOS DE ESTA ÚLTIMA SEAMANA  EN FLICKR FAMILY SURFERS

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