Al borde de la locura más próxima al edén, del frenesí, la irracionalidad, insensatez, vesania, con vestigios de demencia, extravagancia, produciendo adrenalina contagiosa, aquí donde nos encontramos.
Por suerte, hay quien desprende cordura y razón para que todo lo anterior guarde un equilibrio justo y necesario.

Así todo se desarrolla con total normalidad, pero con ese aura de magia invisible, que lo hace inolvidable.

«Le haré una oferta que no podrá rechazar» El Padrino.

Hablemos de los que utilizan la locura como forma de vida, esos, son de los nuestros.
Yo he visto a un tío envuelto en llamas, encima de una tabla, Jamie O’Brien tiene el noble riesgo, de poder quemarse vivo, mientras coge olas de dimensiones descomunales. Lo bueno es que al mínimo error, te lanzas al agua y todo arreglado.
Robbie Madison surfeando en Tahiti con su moto, bendita locura, es digno sin duda de estudio.
O el ejemplo de Kelly slater, surfeando una puerta, quizás dejo la tabla dentro de casa y las prisas le hicieron arrancar la puerta del porche.

Somos de mecha corta, nos gusta vivir el momento y exprimirlo al máximo, hasta la última gota, por eso las locuras nos parecen alcanzables.

Para todo lo demás ya tenemos nuestro camino de baldosas amarillas, aquí simplemente tomamos un desvió.

Tan necesario como recomendable, para desengancharse de la vida cotidiana, del estrés y los jefes autoritarios.
La mente, necesita un desahogo de vez en cuando, se viene a hacer Surf a respirar salitre y a llenar los pulmones con aires nuevos.


Es en el mar cuando el sol apaga sus luces, nos comemos las historias de superación, del romper de olas silenciosas, saltos inalcanzables, complicidad y risas.
Las cervezas frías tornan vacías y todo fluye sin que nada influya,
Porque los días arrancan de nuevo, con las mismas inquietudes y las mismas fuerzas inagotables.

Las ganas de comernos el mundo, la locura cegadora que nos mantiene siempre encima de las olas, sin miedo a recuperar la cordura.

A ojos de lo soberano, seguimos siendo unos idos de mente. «Mira a esos locos todo el santo día encima de esas dichosas tablas».
Pues sí, aquí estamos en estas dichosas tablas, que nos hacen girar la cabeza como demonios malvados (jajajajajajaja).
Yo voto por la insensatez que nos da aliento.
Voto por Lucifer en todas sus vertientes
Por el diablo
Luzbel
Belcebú
Leviatán
Cachapo
Porque «Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.» No se vosotros, pero yo amigos/as, me quiero sentir en la excelencia.

«La diferencia entre el genio y la locura, es que el genio tiene limites»
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