Pocas historias nos han puesto tantísimo la piel de gallina. Hoy os presentamos a Quincy, la pequeña que posiblemente surfea y patina como nadie a su edad.
En nuestro blog hemos tenido el placer de contaros muchísimas historias, anécdotas y sucesos que hacen del ser humano algo increíble. Pero lo que hoy nos toca supera toda descripción que podamos daros.
Nuestra protagonista tiene tan solo 6 años de edad. Con su fortaleza interior, ganas de vivir y una familia increíble supero todos sus problemas de salud al nacer. Y es que nuestra pequeña Quincy estuvo sus 2 primeros años de vida ingresada en un hospital por problemas genéticos que impedían que su cuerpo fabricara cortisona. A día de hoy esta perfectamente con su medicación 3 veces por semana.
Pasado ese calvario, con 4 años Quincy siempre se levantaba por las mañanas y no veía a su padre Jack Symonds a la hora del desayuno. Extrañada la pequeña le preguntaba a su madre Kim que dónde estaba su padre. Kim con mucho cariño le decía a la pequeña que su padre se iba a surfear todas las mañanas.
Quincy no tenia ni idea de qué era surfear, pero sentía curiosidad por descubrirlo. Un día se apuntó con su padre a descubrir eso que tanto le gustaba a él practicar. Parece que el Surf estaba inventado para ella. La pequeña demostró un dominio de la técnica que bien parecía que no fuera la primera vez que se acercaba a los spots cerca de su casa como son Duranbah o Snapper.
A día de hoy siempre que puede se va con su padre y su entrenador personal a surfear. Pero la historia no acaba aquí. Un swell demasiado grande para ella la hizo salir del mar mas pronto de lo que ella pensaba. Pero no fue problema pues cogió un skate y se dirigió al primer skatepark a donde sus padres la llevaron.
La sorpresa fue gigantesca cuando la pequeña Quincy demostraba unas dotes de dominio y técnica que parecían de un profesional sponsorizado. Una historia de las que nos alegran el día sin duda.
Aquí os dejamos con un vídeo que relata un poco la historia de Quincy y sus padres. ¡Merece la pena verlo!