En Octubre del 2001 un local de las olas de San Diego, Nick Woodman, soñaba con la idea de un viaje con sus amigos a Australia y la posibilidad de hacer fotos que lo reflejaran, tanto dentro como fuera del agua.
Pronto, esa pequeña idea se convertiría en una de las más exitosas compañías de cámaras fotográficas de todos los tiempos: La GoPro.
Aquel viaje planeado por Nick sucedió al año siguiente. Durante 5 meses, él y sus amigos surfearon las olas de Australia e Indonesia. Sin embargo, tras cada sesión de tubos les frustraba el no tener buenas fotos que inmortalizaran sus maniobras. Deseaban ser Pros, «to Go Pro» en ingles, de manera que tuviesen un fotógrafo siempre dispuesto a capturar su surfing. ¿Quien iba a pensar que ese deseo y esa idea se convertiría en un negocio de billones de euros?
Woodman decidió que era posible desarrollar una cámara portátil, cómoda y efectiva, algo que no molestase al surfista y le permitiese sacar su propias fotos mientras surfeaba. Dos años después, en 2004, GoPro vendió su primera cámara, al principio menos desarrolladas que ahora pero efectivas. Pronto este sistema de cámara ganó enorme popularidad y se fue perfeccionando.
Antes solo los pros podían disponer de sus olas en fotografías de calidad y GoPro revolucionó el mundo surfero al hacer esas imágenes accesibles a todos a un precio razonable y con una gran calidad.
Con el auge de las redes sociales como Facebook, Instagram o Twiter, la inmediatez y facilidad de compartir esas fotos dieron un gran empujón al desarrollo de la GoPro y propiciaron el nacimiento del «Surf Selfie».
Porque, ¿quien no desea verse y mostrase como un Pro haciendo lo que mas le gusta?
