Cualquier conocedor del mundo del surf y de sus estrellas tal vez callera en su día en la cuenta de que el gran Kelly Slater no se hubiera casado. Tal vez fuera un miedo al compromiso y tal vez no sólo en cosas de matrimonio.
Slater a mantenido, éso sí, una relación de compromiso por espacio de dos décadas con la mega empresa Quiksilver. Ambos, Slater y Quiksilver han dominado el deporte del surf. Nadie cuestiona que la relación ha funcionado bien. Sin embargo, como sucede en la vida, llegados a un punto, algo cambia de repente, y la relación se acaba.
Cuando se decide poner fin a una relación tan larga tiene que resultar duro y seguro que se han producido razones de peso para la ruptura, como sucede en cualquier relación.
Así las cosas ¿por qué Slater dio ese salto? ¿por qué cortó la relación que le había proporcionado tanto éxito, no sólo para él, sino también para Quiksilver? Se trata de algo sobre lo que merece la pena reflexionar.
Estas que siguen son algunas de las ideas que sobre ese caso circulan en Internet:
-Una decisión ética. Kelly Slater es el surfista más famoso del mundo. Slater es un profesional del surf consciente y ético. Se sabe que se preocupa, y mucho, por lo que come y por lo que le sucede al medio ambiente y a la humanidad. Desde luego, sería un excelente profesor de clases surf para niños.
Dicho ésto, ese pensamiento le habría llevado a cuestionar la ética de Quiksilver. En particular su relación con Monsanto y General Electric. Slater se habría sentido incómodo colaborando y recibiendo grandes cantidades de dinero de empresas que considera protagonista de acciones lesivas.
La prueba de esta teoría es que Slater ha firmado un contrato con Kering, una empresa cuyas actividades están orientadas a cambiar el enfoque tradicional de los negocios por otro que prima la ética y la sostenibilidad. El propio Slater ahora parece dispuesto a avalar esta teoría cuando dijo en Facebook: «Ellos [Kering] comparten mis valores y tienen la capacidad para apoyarme en todos mis esfuerzos».
-Slater quiere por todos los medios echar a andar su propia empresa.
Slater había iniciado el proceso de crear su propia empresa cuando estaba en Quiksilver y creó la horrible marca VSTR. En ese momento, Quiksilver sufrió un drástico recorte de costes y VSTR fue una de las víctimas.
Eso ha tenido que dolerle a Slater. Si el surfista tenía serias aspiraciones de crear su propio negocio y de repente tuvo que cerrar su proyecto es fácil entender cómo podía reaccionar.
Es fácil deducir que después de ofrecer tanto a Quiksilver, lo menos que debía esperarse de la marca es terminar lo que se empezó. Algo que podría tener un nombre, el de un antiguo directivo de Quiksilver, pero también el del recién nombrado, Andrew Mooney que estuvo detrás de los recortes.
-Todo ha sido consecuencia de una gran pelea. Andrew Mooney se convirtió en CEO de Quiksilver en 2013. Su pasado no puede ser más interesante. Permaneció durante veinte años en Nike y ascendió en la escala profesional hasta terminar terminar como presidente de Disney Consumer Products.
El anterior CEO de Quiksilver fue Bob McKnight. En 1976 cofundó la compañía. McKnight permaneció en Quiksilver durante mucho tiempo. Parece más que probable que McKnight y Slater debían haber tenido una buena relación de trabajo. Quizás Mooney y Slater no tuvieron esa oportunidad.
Todo parece sugerir que la llegada de Mooney fue el desencandenante de la decisión de Slater de abandonar Quiksilver. La lectura de algunos comunicados de prensa no deja de dar la impresión de que Mooney no estaba preocupado en absoluto por la pérdida de Slater.
Cuando se le preguntó poco después del abandono del surfista por cómo iba a afectar en la comercialización de los productos de Quiksilver, Mooney dijo: «Kelly nos informó de su decisión definitiva esta semana. Ello afectará poco a nuestros planes de comercialización de productos. Vamos experimentar caídas en los productos que se referían específicamente a Kelly, pero el grueso de las líneas de Quiksilver y los de GA47, así como las campañas de marketing pendientes se desarrollarán en principio según lo previsto».
El resto de las comunicaciones seguía la misma tónica, la sensación que se desprende es que Mooney espera que surja otro Slater.
-Amigos en otros lugares. Una nota al margen de todo esto es que la empresa Volcom es propiedad de Kering. El CEO de Volcom es Richard Woolcott. Woolcott trabajó en su día en Quiksilver y ayudó a fichar a Kelly Slater. También fue el productor de la película icónica ‘Kelly Slater en Blanco y Negro’. Este lazo parece que fue otra de las razones para dar el salot. Woolcott también dejó Quiksilver citando iguales razones que Slater.
Entonces, ¿cuál fue la verdadera razón? La sensación es que es una mezcla de todas. Todo encaja, dejando la impresión de que Quiksilver simplemente había dejado de ser lo que era. Y que la marca no daba a Slater lo que deseaba y que, además, éste tenía amigos en otros lugares listos para poner en marcha sus ideas.
Mooney tiene un plan diferente para Quiksilver. VSTR no fue la única causa. Los recortes económicos fueron de envergadura y parece que este ejecutivo no tiene miedo a afrontar grandes cambios y a probar diferentes enfoques.
Puede haber sido estúpido conseguir echar al mayor representante deportivo de la marca pero quién sabe. Lo que sí sabemos es que Mooney ha tenido un gran éxito tanto en Nike como en Disney.