Es habitual que en los cursos de surf se explique y posteriormente se practique la técnica de puesta en pie en la tabla sobre la arena, aunque la mayoría de las veces no se le da la importancia que merece, y en lo que estamos pensando, tanto alumnos como profesores, es en el momento de entrar al agua y darle caña en las olas. Una consecuencia, no poco frecuente, de esto es que algunos de los alumnos no consiguen levantarse ni una sola vez en la primera clase, y a duras penas después de unos cuantos días.
Te voy a explicar por qué es necesario dedicarle tiempo y esfuerzo a la ejecución del gesto fuera del agua. La razón que a todos se nos ocurre es que en el suelo la tabla es más estable que en el agua, por lo tanto si no puedo hacerlo en una superficie fácil y estable, obviamente no podré hacerlo en una superficie tan inestable como es el agua. Pero la complicación principal no es esta, hay otro motivo mucho más importante. De hecho, utilizando tablas largas y anchas, con mucha flotabilidad (que es lo que hacemos en iniciación), hace que la superficie sea suficientemente estable para todos.
La dificultad que entraña la tarea en la arena es, simplemente, pasar de una posición inicial a una posición final siguiendo una serie de pasos, el procedimiento, esto es algo que al principio hacemos pensando en cada uno de los movimientos a realizar. En el agua debes realizar exactamente la misma acción en el momento adecuado. Precisamente esta es la dificultad añadida, la adecuación temporal del gesto.
Una vez aquí el problema queda claro: si atiendo a cuándo tengo que ponerme de pie, no puedo atender a cómo lo hago. ¿Cómo lo solucionamos? Practicando el “stand up” hasta que logremos automatizarlo, esto quiere decir que lo hacemos sin pensar. En el proceso de aprendizaje de cualquier habilidad, encontramos distintas fases: la primera, inconsciente e incompetente (no se realiza de manera adecuada la tarea y tampoco se es consciente de que esto ocurra); consciente e incompetente (detectamos que algo no hacemos bien pero no logramos éxito en la acción); consciente y competente (se logra la tarea prestándole toda la atención); y por último, inconsciente y competente (se ejecuta con éxito la acción de manera sin prestar atención en ella). En ese momento podremos conseguir coger una ola y surfearla, porque nuestro hemisferio izquierdo quedará libre para prestar atención a como la ola levanta la cola de tu tabla y empieza a empujarte.
Por último me gustaría detallarte el modelo:
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Posición inicial: tumbado en la línea central de la tabla con los empeines tocando el canto posterior, el pecho levantado con la mirada al frente, y los brazos simulando una remada alternativa cerca y a lo largo de los cantos.
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Procedimiento: primero coloca las manos sobre la tabla y eleva ligeramente el tronco, a continuación coloca tu pie de atrás, por último extiende tus brazos y coloca el pie de adelante extendiendo el tronco al mismo tiempo y elevando los brazos.
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Posición final: de pie con la apertura adecuada de piernas, las rodillas ligeramente flexionadas llevando la de atrás hacia adentro y el tronco extendido con los brazos altos.
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Campo de búsqueda: las manos en línea con el pecho, el pie trasero apoyado en la tabla con todo el borde interno antes de subir a la altura de la otra rodilla, el pie de adelante se coloca entre las manos.
Espero que os sea de ayuda a todos aquellos que empezáis para hacer vuestro aprendizaje más sencillo y rápido, pero también como reflexión a los profesores a quienes lanzo el reto de diseñar nuevas actividades que sirvan para ir interiorizando el movimiento y hacer que el proceso de aprendizaje, aún sin olas, sea divertido.
Ángel Díaz Diestro (Estudiante de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte)